Nosotras en el Mundo

Hace algunas semanas, tuve el placer de conversar en el programa Nosotras en el Mundo, de Radio Vallekas. Me hizo una ilusión tremenda y, aunque sólo he conseguido escucharlo una vez porque aún sigo colorada, aquí os dejo el enlace.

Cuando zorra no sea un insulto

Me encantan las redes de mujeres. Gracias por todo el trabajo que hacéis.


La revolución que no esperaban…

Quién le iba a decir a Zapatero hace unos años que, siendo Presidente de España, se iba a crear toda esta revolución social y que se iban a montar manifestaciones históricas y multitudinarias. Fuimos muchas las personas que nos alegramos de que fuera elegido Presidente y que confiamos en sus ganas para mejorar nuestra realidad. Y así fue durante los primeros años.

Pero luego llegó la crisis y todo empezó a desvanecerse. Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana. El amor y, por lo visto, también los ideales y principios políticos que llevaron a al PSOE al Gobierno. Aquel ministerio de Igualdad que era una prioridad, pasó a ser otra cosa. Las ayudas sociales empezaron a convertirse en recortes sociales. El paro creció y creció cada vez más. La juventud precaria con contratos basura llegó a tener 35, 36, 37 años. El paro juvenil superó el 40% a nivel nacional y superó el 50% en la Comunidad Valenciana. El número de hogares sin ningún ingreso alcanzó la increíble cifra de 1.386.000. El diálogo con los sindicatos acabó siendo, una vez más, una compraventa de ideales y principios.

Y después llegó el #15m.

Paul Hanna - Reuters

Nadie esperaba que tantas y tantas personas salieran a la calle -o, más bien, a las plazas-. Y que, además, sue se quedaran ahí durante días y días. Que se fuera sumando cada vez más gente y cada vez en más ciudades. Y en diferentes países. Se contagian los sueños, la alegría y las ganas de hacer algo. De movernos de verdad.  Lo cierto es que muchas personas que llevan tiempo trabajando para cambiar las cosas, pero la magnitud que ha alcanzado esto era impensable. De una manifestación de la que pasaron los «grandes medios» españoles, hemos acabado protagonizando portadas internacionales, como  La Repubblica, The Washington Post o Le Figaro.

Durante estos días, me he quedado embobada mirando la Puerta del Sol a través de esta gran ventana que es Internet. Una vez más, se ha visto cómo los medios de comunicación pueden utilizarse para hacer democracia, para mover a la ciudadanía y para hacerle reflexionar de verdad (o lo que ha pasado a llamarse #periodismoreal). De repente, pequeños (pero muy grandes) medios como Periodismo Humano, estuvieron al pie del cañón desde el principio y demostraron que otro periodismo era posible, consiguiendo además que su número de visitas se multiplicara y fuera creciendo más y más en pocas horas. Apareció SolTv, que nos ha mostrado en directo y sin interrupciones que la gente no se va, que sigue ahí, luchando de forma pacífica. Gracias a Twitter y Facebook la gente ha seguido organizándose, informando, publicando y moviendo imágenes que ya han hecho historia.

Foto de Jacobo Menéndez, o aquel desconocido que acabó siendo portada de El País

Los grandes medios no tuvieron más remedio que hacerse eco de todo lo que está pasando y reposicionarse. A pesar de que hayamos podido escuchar burradas, como que este tipo de joven que se manifiesta se queja de vicio porque puede irse a Londres por 30 euros, las ciudadanas y ciudadanos han dicho las cosas alto y claro (gracias, Cristina).

Su organización, improvisada porque nadie esperaba esta respuesta multitudinaria, es de admirar. Las plazas de la relexión son la muestra de que la gente no duerme y que una cosa es que no confíe en la política que existe en estos momentos y, otra muy distinta, que no crea en la política y en la democracia.

J.M. Martín - 20 Minutos

Una de las cosas que más me llena de ilusión es que el feminismo haya mostrado que está ahí y que es parte IMPRESCINDIBLE de la revolución. Sin feminismo no hay revolución. Y, cómo no, también se han escuchado muchas voces contrarias y quejicas, porque parece que todo lo que tenga que ver con “feminismo” siempre escuece un poco. Cada vez que alguien se molesta por escuchar feminismo, pienso que sigue sin conocer su verdadero significado. En todas las asambleas se ha hablado de democracia real y de participación ciudadana. Nada de eso es posible sin igualad de género. Y ahí está la gran pancarta: “La revolución será feminista o no será”.

Tengo mil sensaciones encima y todo esto me está devolviendo la esperanza. Como tantas y tantas personas de mi generación, no me siento una ni-ni. No lo soy. Es increíble que nos hayan echado la culpa de haber podido estudiar y tener unas comodidades que no tuvieron nuestros padres y madres y, mucho menos, nuestras abuelas y abuelos. Es increíble que ahora nos acusen de poder haber disfrutado de todo lo que las generaciones anteriores habían querido para nosotras y nosotros y que con tanto esfuerzo consiguieron. Ahora, sabemos que el presente que tenemos y que el futuro que nos espera no será, ni mucho menos, más fácil que el de hace 20 o 40 años. Porque nos lo han quitado. Nos bautizan como generación perdida o nini y nos acusan de pasar de la política, de no comprometernos socialmente, de ser pesimistas y antisistema.

Paul Hanna - Reuters

Ahora, hemos demostrado que somos el motor de cambio que esta sociedad necesita. Que no se puede hablar de «antisistema» cuando estamos pidiendo una democracia de verdad. Nos movemos y llevábamos mucho tiempo moviéndonos. Ahora lo hemos demostrado en grupo, en multitud. Y, si el 15 de mayo la mayoría de manifestantes eran jóvenes, la juventud de este país ha conseguido movilizar a todas las generaciones. Porque esta revolución es de hombres y mujeres de todas las edades. Porque esta situación nos afecta de verdad a toda la sociedad…

Desde Italia, todo se ve muy, muy grande… y las ganas que tengo de estar allí son enormes. No sé cómo se sentirán todas las personas que están viviendo este movimiento en las calles, pero yo lo siento como algo realmente importante. No sé si todo esto dará resultados concretos y reales (espero con toda mi alma que sí), pero ya hemos hecho mucho.

Desde luego, lo que no creíamos era que esta lección al mundo se extendería como se está extendiendo. En países como en el que vivo ahora, creo que la clase política y los medios empiezan a tener miedo. Lógicamente, en la televisión del señor Berlusconi no he conseguido ver casi nada de lo que está pasando en España. La mayoría de la gente a la que le he preguntado si sabían algo la revolución española me ha dicho que no o que sólo habían oído algo.  Aún así, la gente empieza a organizarse y en los últimos días, ya se han convocado asambleas y acampadas en algunas de las grandes ciudades de Italia. Parece que cada vez se unen más personas…

Democracia Real Ya llega a Italia. Primera asamblea en Bologna, 20 de mayo de 2011

Independientemente de lo que pase hoy, esta crisis económica y política va mucho más allá de unas elecciones. Queda mucho trabajo por hacer y espero que este espíritu de cambio dure por mucho tiempo…


La huella de Carmela

Desde que llegué a Italia, no he vuelto a escribir aquí a pesar de todas las cosas que quiero compartir. Se me escapan los días y el tiempo, pero ésta está siendo una experiencia muy grande y pronto sacaré un ratito para contar las pequeñas cosas que voy haciendo y conociendo.

De momento, dejo este vídeo que me llegó esta semana y que está lleno de ternura, sabiduría, cuidado y respeto por el mundo que todos compartimos. Me recordó tanto a las grandes mujeres de mi pequeño pueblo… Y, cómo no, a mi abuela que todo lo remienda y aprovecha….


Il corpo delle donne

Acabo de encontrarme con este documental y no puedo evitar compartirlo. Se trata de una reflexión sobre la utilización de los cuerpos de las mujeres en los medios de comunicación italianos, sobre la identidad femenina y la destrucción de nuestra propia autenticidad como seres únicos…

Después de ver este vídeo y pensar un poco, ¿aguien puede creer que esta humillación constante no es violencia de género?


Sin tetas no hay paraíso

Cansada de ver esta imagen a enormes dimensiones en la Avenida de Torrente, el otro día, me tropecé con un puesto  de folletos que llevaban esta misma publicidad. Así que me llevé uno a casa para poder escanearlo y denunciarlo al Observatorio de la Imagen de las Mujeres.

La verdad es que este anuncio necesita poca explicación… Lo cierto es que cumple su misión de llamar la atención y, teniendo en cuenta que anuncia un aumento de pecho, ¿qué se puede esperar? La cirugía estética es, quizás, la muestra más evidente de la importancia que tiene la imagen en nuestra sociedad, sobre todo, cuando es utilizada para conseguir los cánones de belleza que marcan la publicidad y los medios de comunicación.

En el caso concreto de este anuncio (como en tantísimos otros), se persiguen formas imposibles para las mujeres reales (delgadez y pechos enormes) que poco tienen de saludables.

Una vez más, podemos ver el cuerpo fragmentado de una mujer, de la que sólo se ve su tronco y, especialmente, unos grandes pechos. Pero, sin duda, lo mejor es la frase: «Dos buenas razones para venir». Las dos razones, hacen referencia al precio y a la calidad de los médicos que trabajan en la clínica anunciante. Sin embargo, es evidente que las dos razones que primero se captan no son esas…

Si nos fijamos un poco, también hay un pequeño detalle interesante: el cinturón. No es que pase desapercibido, pero claro, la vista se dirige primero a otros lugares de la imagen. En fin, el caso es que si nos fijamos en la hebilla del cinturón, también podemos ver que aparece la silueta de una mujer muy delgada, con unos pechos enormes y con una postura que parece decirnos que está ahí, disponible para lo que haga falta.

En fin, publicidad poco sutil, facilona, simple, poco creativa y otras mil cosas más… pero desde luego que cumple  su función: no podemos resistirnos a mirarla y a fijarnos en ella.